Artículo publicado en Revista Mujeres de Ñuble N°10 (octubre 2024)
Por Liliana Puentes Cartes
Collage: Carolina Cox (@carocox_)
El Valle del Itata es mucho más que un paisaje vitivinícola: Es el corazón de la historia y el
patrimonio. Como una de las regiones vitivinícolas más antiguas de Chile, este valle tiene
una riqueza inigualable. Desde la llegada de los jesuitas en la época colonial, quienes
trajeron las primeras cepas que aún hoy en día son la esencia de nuestros vinos, este
legado no solo representa el pasado, sino que también marca el camino hacia el futuro del
Enoturismo en Ñuble, donde hemos logrado avances significativos para visibilizar nuestra
cultura.
La experiencia turística en el Valle del Itata ha crecido con las diversas actividades que hoy
ofrecen las viñas, que invitan a los visitantes a sumergirse en la tradición local. He sido
jurado de los Premios Enoturismo Chile, por tres años consecutivos lo que me ha permitido
ver cómo hemos avanzado para consolidar una oferta turística auténtica, enfocada en el
valor de nuestras cepas patrimoniales, como la país, el cinsault y el moscatel de
alejandría por mencionar algunas. Y que nos invitan a trabajar fuertemente en una
experiencia turística significativa. Estas acciones son una muestra de que estamos en el
camino correcto, pero aún quedan desafíos importantes por superar.
Es necesario seguir trabajando en aspectos cruciales para mejorar la experiencia. Hoy el
turista que visita Ñuble quiere probar los mostos de nuestro valle y deleitarse con la
gastronomía local, aquella que nos identifica, por eso es imperativo que la comida esté en
el contexto de un relato identitario y con un buen servicio. Sin embargo, el verdadero
desafío es fortalecer la identidad gastronómica de la región. Nuestros vinos merecen estar
presentes en la carta de cada restaurante local, no solo como una oferta más, sino como el
eje central de una gastronomía que refleje nuestra historia y tradiciones.
Como apasionada de esta tierra, creo firmemente que el Enoturismo puede ser el motor de
un Valle del Itata empoderado, donde la economía circular y el turismo sostenible sean las
claves del desarrollo. No necesitamos compararnos con otros valles, ya que lo que nos
define es nuestra autenticidad, las cepas tradicionales y una gastronomía que sea fiel
reflejo de la experiencia única que ofrecemos a los turistas. Mi sueño como una enamorada
de mi región es ver al Itata brillar por su identidad propia, por el orgullo de su gente.