Mujeres de Ñuble abril a julio 2024
Historias inspiradoras que animaron el Instragram de @mujeresdenuble durante estos meses. Si quieres ser una de ellas ¡escríbenos! ¡Todas somos Mujeres de Ñuble!
Magdalena Artigues, dueña restaurante Kuranepe.
Dueña hace seis años del restaurante Kuranepe, cuya especialidad son los pescados y mariscos. Tiene 31 años, es casada y madre de “Marti”. Antes de ingresar al mundo gastronómico, estudió Psicología por dos años en Concepción, pero cambió el rumbo, ya que se dio cuenta que su vocación estaba en otro lugar. Pese a que su decisión enfrentó cuestionamientos en un principio, terminó siguiendo sus sueños y estudió Gastronomía y luego Administración en Chillán.
Para Magdalena ser parte de Mujeres de Ñuble fue una experiencia positiva. “Visibilizar mi historia me hizo darme cuenta de lo mucho que he avanzado en todos esos pequeños sueños y metas que uno se va poniendo a lo largo del camino. Ha sido muy lindo también ver el apoyo de las personas y sus comentarios con tanto cariño, de mis trabajadores, clientes y mensajitos que me llegaron de otros lados en donde trabajé anteriormente”, comentó.
Jess Parker, maquillaje profesional.
Es maquilladora profesional , lo que la ha llevado a trabajar en distintos espacios relacionados como la televisión, el cine, la publicidad y la moda en general. Para Jess revelar su historia de crecimiento a través de “Mujeres de Ñuble” fue “una experiencia muy bonita, porque siempre es maravilloso poder sentir que una comunidad tan inspiradora te considere, además tuve la suerte de conversar con personas que no veía del colegio y recibir mucho cariño”.
Andrea Fernández, Centro de Capacitaciones Thomas Sheridan Fernández.
Profesora de Inglés, su historia conmocionó a la comunidad, ya que su bebé murió por una hernia diafragmática congénita que había sido diagnosticada en el embarazo. En ese entonces, el dolor de la pérdida lo transformó en un motor de lucha en defensa de un trato más humanizado en los recintos de salud hacia las madres que pierden sus hijos, creando un grupo de apoyo para padres en duelo, con el que participó en varias movilizaciones con objetivo de cambiar los protocolos. A eso se sumaron sus deseos de enseñar desde el amor a sus alumnos y de solidarizar con aquellos que no tienen acceso a cursos de inglés, proyecto que hoy ha consolidado a través de su centro de educación.
Para Andrea ser Mujer de Ñuble, “fue súper poderoso, porque cuando se publicó mi historia recibí muchos comentarios de mujeres que se identificaron. Eso fue súper bonito”, valoró.
Valentina Barra, futbolista.
Valentina Barra es una referente en el mundo del balompié a nivel local como jugadora y profesional. Desde 2022 trabaja como técnico en la rama formativa del club Ñublense.
“Lo que más me gusta de este desafío es tener la posibilidad de enseñar, educar, formar y guiar el proceso de las jugadoras para que logren ser grandes deportistas, futbolistas y mejores personas”, admitió.
Para Valentina, participar en Mujeres de Ñuble fue “sorpresivo, ya que jamás pensé estar dentro de una comunidad que impulse a las mujeres. Cada una tiene algo que entregar y gracias a esta comunidad cada año son más las mujeres que semana a semana nos cuentan cómo enfrenta y ha enfrentado la vida”.
Liyán Flores, “La Estancia”.
La sancarlina Liyán Flores es parte de la tradición familiar del icónico restaurante “La Estancia”, legado gastronómico que ha potenciado incorporando a la marca un foodtruck, que traslada a otra de sus pasiones, los torneos de pádel.
“Implementé cosas que fui aprendiendo y fuimos mejorando como restaurant en varios aspectos, pero manteniendo siempre nuestro sello de ser especialistas en comida típica chilena”, destacó.
Su paso por Mujeres de Ñuble le brindó satisfacciones en diversos planos. “Estas instancias son muy beneficiosas para nosotras las mujeres, de poder contar nuestras historias y a qué nos dedicamos, que viene detrás, anécdotas, sacrificios, etc. También la red que se genera de apoyo, difusión y colaboración entre nosotras mismas y las personas que nos leen o escuchan, lo encuentro tan bonito. Las mujeres unidas movemos montañas”, subrayó.
Herminia Godoy, gendarme.
Con 49 años, es suboficial mayor de Gendarmería en retiro y madre de dos hijas, Jannice y Constanza, de 27 y 21 años.
“Lejos de mi familia y de mi tierra, comencé a forjar mi carácter, poniendo a prueba mi fortaleza y coraje. Esa fue, sin duda, mi mejor escuela. Viví complejas y fuertes situaciones que dejaron huella en mi formación penitenciaria”, admitió.
En los últimos cinco años volvió a sus tierras y trabajó en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Bulnes, donde alcanzó el peldaño más alto de su carrera profesional, ser suboficial mayor. Hace un mes y tras 30 años de servicio, se encuentra retirada de sus funciones tras cumplir un ciclo laboral.
“Gracias, Mujeres de Ñuble, por destacar a tantas admirables mujeres que semana a semana nos han abierto su mundo y nos muestran cuán poderosas podemos llegar a ser, desde cada una de nuestras realidades”, subrayó.
Helvia Vivanco, “tejiendo con amor”.
Inspirada en el nacimiento de bebés prematuros, Helvia Vivanco lidera la iniciativa “Tejiendo con amor”, dirigida a crear ropa hipoalergénica de un tamaño inexistente en el mercado y que es requerida con urgencia por madres que pasan por esta difícil experiencia.
Su participación activa en la comuna se plasma también siendo parte de la agrupación de emprendedoras, donde con orgullo valora las herramientas en marketing, contabilidad y ventas alcanzadas por las socias para fortalecer sus emprendimientos.
Además, logró coronarse como reina en la Fiesta de la Vendimia en Lonquén de San Nicolás.
“Con 56 años y tres hijos, me convertí en una mujer empoderada después de mi viudez, que me llevó a trabajar por las mujeres de San Nicolás y hoy estoy muy agradecida de las Mujeres de Ñuble que nos dan este espacio”, cerró.
María Paz Acuña @triplementepositiva.
Desde niña, María Paz Acuña estuvo vinculada a la música, a través del violín. Es chillaneja, trabajadora social y directora de orquesta, lo que le ha permitido llevar su conocimiento y experiencia a diversas escuelas de Ñuble, rompiendo con el mito de que estudiar un instrumento es solo para aquellos con más recursos económicos.
A través de su blog @mentetriplepositiva ha visibilizado el proceso y conscientizado sobre su patología. “El participar en la comunidad virtual de Mujeres de Ñuble me entregó la valiosa posibilidad de reflexionar y recordar la bella vida que he tenido, independiente de las dificultades. Cuando la incertidumbre está latente, este tipo de catarsis que hice contando mi historia me dejó en paz. Agradecida de este espacio que permite validar la fuerza con que las Mujeres de Ñuble sacan adelante sueños y anhelos”, enfatizó.
Paulina Retamal, vida de montaña.
Desde niña, la vida de Paulina Retamal ha estado vinculada a Valle Las Trancas. Es ingeniera en expediciones y ecoturismo y también instructora de esquí, además fue seleccionada nacional de triatlón y en los últimos 10 años se ha dedicado a transmitir su conocimiento sobre montaña.
Junto a una amiga de la universidad fundaron “Andes Sisters”, un proyecto que busca crear una comunidad de mujeres vinculada a los deportes de montaña, con especial enfoque en esquí y snowboard. Se trata de un espacio de encuentro y aprendizaje en torno a la naturaleza destinado para ellas.
Paulina valoró compartir su historia con Mujeres de Ñuble. “Saber que existen plataformas que buscan visibilizar y empoderar a mujeres de nuestra región con cada uno de sus emprendimientos, es maravilloso. Es todo lo que significa ser mujer, contener, guiar, abrazar y sembrar una intención de comunidad sabiendo que siempre será más fácil y alegre una vida en donde podemos compartir nuestros dones y motivaciones para surgir en conjunto”, enfatizó.
Laura Vicens, nutrición y salud.
Hace más de 20 años, Laura Vicens ejerció la docencia en Gastronomía en distintos establecimientos de Ñuble. Se declara una “pastelera rehabilitada”, ya que transcurrida esa experiencia tomó un nuevo camino ante la necesidad de seguir aprendiendo. A los 40 años, estudió Nutrición y Dietética, descubriendo otra mirada de la cocina.
Su encuentro con el conocimiento no se detuvo y la necesidad de buscar una salida ante un dolor de espalda la motivaron a recorrer una nueva experiencia, un diplomado de Terapeuta Biocéntrico, donde encontró maravillosos conocimientos en biodescodificación, nutrición ortomolecular, psicología biocéntrica, herramientas para la identidad y vínculos sociales y la solución a su dolor de espalda.
“Ser una mujer de Ñuble me ha ayudado en el camino de elegirme como persona única. Poder contar a otras mujeres que este camino es gratificante y validador. Me hace sentir que puedo aportar a que cada una de nosotras se atreva a sentir y creer en sí misma”, contó.
Susana Burgos, @centro.vidaplena.
Técnologa médica, coach ontológica, en proceso de formación como terapeuta sexual y madre de 3 hijos. Junto a su marido Ernesto, desarrollaron el proyecto “Centro Vida Plena”.
“Muchas veces nos centramos en sanar, lo veo a diario en el hospital, pero prevenir es más barato que curar. La idea es brindar un espacio que cuide la salud física, mental, social y espiritual".
Para Susana, su paso por Mujeres de Ñuble fue gratificante al reconectarse con otras. “Me sentí orgullosa y muy emocionada de ser parte de Mujeres de Ñuble. No tengo una vida tan impresionante ni fuera de la realidad común. Me gusta poder visibilizar situaciones cotidianas. Las familias ensambladas son cada vez más comunes y mostrar mi realidad, puede ser un aporte para quienes están en situaciones similares”, manifestó.
Pabla Flores, mindfulness.
Pabla Flores es trabajadora social y durante 17 años se ha especializado en la educación técnica profesional. Está casada con Esteban y es madre de Jacinta. En su vida, ha logrado sobrevivir al cáncer de mama que la ha golpeado dos veces. En plena pandemia inició un nuevo tratamiento que incluyó esta vez una mastectomía total y ovoforectomía (extirpación de ovarios), además quimioterapia y radioterapia.
Sus ganas de aprender no se detuvieron. Realizó un diplomado en Mindfulness y se formó como instructora de yoga, una disciplina que ya practicaba en el pasado.
Desde la mirada de Pabla, la plataforma Mujeres de Ñuble “es un espacio de reconocimiento para la historia femenina de nuestra región. Relevar el rol desde la experiencia, es fundamental para avanzar al futuro en el liderazgo femenino”.
Rayén Muñoz, terapeuta.
Es argentina, pero gran parte de su vida ha estado en Chile por ser la tierra de su padre.
Desde pequeña tuvo una sensibilidad, una especie de don que desarrolló con más intensidad a través del estudio de artes espirituales.
Estudió reiki, física cuántica, neurociencia, bioneuroemoción y se convirtió en maestra de radioestesia con especialidad en péndulo hebreo, entre otras materias. También es egresada de Derecho.
Para Rayén su paso por Mujeres de Ñuble fue muy especial. “Es inspirador verlas dedicadas, empeñosas, y con un deseo inquebrantable de alcanzar sus sueños. Cada una de ustedes es un ejemplo de fuerza, determinación y talento, y me siento honrada de poder formar parte de esta comunidad tan increíble”, reconoció.
Priscila Salas, labor social.
Madre de cuatro hijos y tres nietos. Trabajadora y líder de la Corporación Salas, encargada de atender las necesidades básicas y brindarles momentos de esparcimiento a niños y adultos mayores. Se declara creyente y Dios es el pilar fundamental en su vida.
Para Priscilla la experiencia de ser parte de Mujeres de Ñuble fue “un nuevo empuje para seguir trabajando por los adultos mayores de mi región. En ocasiones las personas que emprendemos algún desafío, nos cansamos o pensamos que ya no somos capaces de continuar y lograr más metas. Así que muy agradecida porque nuestras mismas pares nos visualizan”, expresó.
Mariana Caris, Ruta Agroecológica.
Oriunda de Santiago, es madre de cuatro hijas y el amor la llevó a dejar la capital para construir un proyecto de vida en San Nicolás. Actualmente tienen una planta de agua purificadora y hacen hielo con reparto en el Valle del Itata, negocio que han logrado consolidar a partir de un puerta a puerta.
Además, cuenta con un espacio “Místico Embrujo” que arrienda para realizar eventos y reuniones de empresas o particulares.
“Dar conocer mi emprendimiento y el de otras mujeres fue muy gratificante, que te den la posibilidad de que conozcan tu esfuerzo, aún más orgullosa te puedes sentir. Ser mujer de Ñuble por una semana me llenó de emoción, esa emoción que muchas veces uno deja de lado por ser mamá, esposa y trabajadora y te olvidas de ser mujer”, aseguró.